



Te Cuidaré por Siempre
-Me imagino -dice mientras busca un banco en el cual sentarse- me contaron de tus travesuras.
-¿Travesuras? ¿Cuales? -La Cara de Boro me dice que no está jugando- Bueno, me tengo que entretener con algo ¿no?
-Si, es verdad, pero no desperdicies comida, mejor pídeme pinturas y un lienzo.
-Me gusta lo que hago con la comida y la pared, es un nuevo arte, un nuevo estilo.
Boro me mira con la cara tan rígida como una gárgola, es un hombre demasiado serio, sus ojos negros profundos parecen ser la nada, uno se puede perder ahí, es tan profunda su mirada que en verdad distraen, no son bonitos, bueno, no algo extraordinario, son comunes, pero son tan negros que llaman la atención.
-¿Por qué lo haces?
¿Qué por qué lo hago? ¿es en serio su pregunta? Sus ojos están calmados, no puedo creer que no lo entienda.
-Ya no sé que hacer con “mi dama”. Le digo entre bufidos, parece que le causó algo de gracia lo de “mi dama”, apostaría lo que fuera a que sonrió.
-¿Con “tu dama”?
-Si, siempre que viene intento hablar con ella, pero ella no dice ni una sola palabra, necesito hablar con alguien. Odio que las lágrimas broten sin permiso.
-Ay niña -Boro suelta una carcajada, mínimo logré hacer que se riera- “tú dama”, se llama Louisa y no te va a decir ni una palabra por más que se lo implores.
-Adivino -No puede ser, ese hombre un ogro- se lo has prohibido.
-No, te equivocas, ella es muda.
-¿Perdón? Creo que comienzo a sentirme algo culpable.
-A Louisa la encontré en una aldea que atacamos, sin saber llegamos a una aldea falsa, era un lugar donde traficaban y vendían esclavos, ella era una, una vez que quemamos todo, encontramos la jaula donde los tenían, a todos los vendimos, pero ella una y otra vez se agarraba a mi pierna, pude leer en sus ojos que me pedía quedarse conmigo, desde entonces está aquí, ella cuida y limpia de la torre cuando no estamos, la tratamos bien, una vez uno de mis hombres se quiso pasar con ella, le pregunté si ella quería y me dijo que no, desde entonces, ninguno puede tocarla.
-Yo no sabía eso. Oh no, me apena demasiado esta situación, cometí un error con ella.
-Hay muchas cosas que no sabes.
-Es que, yo pensaba que no me hablaba por que tú lo prohibías o algo.
-Pues no, no es así, mi única labor contigo es tenerte aquí y mantenerte a salvo, de ahí en fuera, no me importa lo que hagas.
-Bueno, de Louisa lo entiendo, pero ¿y el grandulón de la puerta? Ese tampoco me habla ¿también es mudo?
-¿Corn? Ese es un idiota, no habla con nadie, por eso lo puse en tu puerta, me sirve más aquí que afuera, aquí entre nos, tiene su cuerpo hueco, no es muy fuerte que digamos, pero contra ti, es más que suficiente.
Cuando Boro se fue, me dejó un mal sabor de boca, me contó que tenía informes de dos ejércitos que parecían marchar hacía la aldea, le pregunté una y otra vez si sabía algo del plan de Doorn y me decía que no, me molesta tanto que no acepte que él lo contrató, siempre me dice: “No recuerdo el nombre, pero no me suena que ese sea”, es lógico pero en fin, creo que me voy a disculpar con Louisa, pensé que me ignoraba porque le habían ordenado o que le gustaba burlarse de mí, pero al parecer no es así, es lo mínimo que le debo.
Debo escapar, sabiendo que esos ejércitos se acercan, debo estar allá, Doorn no se animará a atacar si sabe que yo estoy en la aldea…
“Mi dama” llegó hoy muy temprano o yo me levanté muy tarde, no lo sé, la vi y ella como todos los días, no hacía por prestarme atención, limpiaba el espejo cuando le tomé la mano, me volteó a ver con cara de enojada y luego de preocupación, la verdad casi lloro cuando la tomé del brazo.
-Lo siento -dije apenas me pudo escuchar- pensé que me ignoraba apropósito.
Su cara se dulcificó después de eso, me dio un abrazo y después salió de la habitación, esa mañana me trajo un poco de pescado, alubias, brócoli y coliflor hervidas, pan con mantequilla y una tasa grande de café tostado, todo estuvo delicioso, tengo las últimas dos horas viendo hacía abajo, creo que son como quince metros desde mi ventana hasta el suelo, normalmente nunca hay nadie durante el día, salvo Corn y Louisa, pero ella, por lo que sé, está siempre limpiando o haciendo comida, mientras que Corn no se despega ni por un segundo de mi puerta ¿cómo le hará para ir al baño?