



Te Cuidaré por Siempre
-Él tiempo que sea necesario.
-¿Cuáles son tus ordenes? ¿qué puedo hacer mientras espero? Parece que a Boro le doy risa.
-Mantenerte a salvo, lo que hagas me tiene sin cuidado. Boro se pone de pie y camina hacía la puerta, antes de salir voltea verme, parecía que me iba a decir algo peros se limita a sonreír, da un nuevo trago a su botella y se va, me deja con la palabra en la boca, pero me a dado una idea, con que mantenerme a salvo…
Hoy por la mañana intenté hablar con “mi dama”, la estuve correteando para donde iba, me le ponía enfrente, le tiré las cosa de las manos, todo iba bien hasta que se salió y volvió con Corn, un salvaje estúpido que cuida mi puerta, mide más de dos metros y es feo como una cabra, ahora que lo digo parece una cabra con su barba, me tomó por la cintura y me cargó hasta que ella terminó, después me volvieron a encerrar.
De desayuno me trajeron algo de tocino, dos huevos duros, tortillas, un poco de pan, avena y jugo de naranja, era mucho, siento que me quieren engordar, como no me lo voy a poder acabar tuve una idea, hice un bonito paisaje en la pared, con la yema de los huevos pinté un sol y sus rayos, la avena se transformó en nubes, me gusta lo que hice para decorar “mi habitación”.
Lo que más me gustó de toda mi decoración fue ver la cara de “mi dama” cuando llegó, ojalá tuviera alguna manera para grabar y enmarcar para la posteridad su reacción, duró más de dos horas limpiando, mi comida llegó un poco tarde esta vez, parece que no le dio el tiempo para traérmela a la hora correcta, tendré que reportar esto con el encargado, para comer me trajo una sopa de alubias, algunos panes, un pedazo de lo que creo es ternera y un poco de salsa verde, antes de irse le sonreí y dije:
-Muchas gracias por la nueva pintura.
Ella volvió a verme con ojos de fuego y los labios torcidos, hice como si no hubiera dicho nada, seguí leyendo, a pesar de eso no me dijo ni una palabra, quiero que me diga algo, le sacaré las palabras a la fuerza, para mi nueva obra de arte hice algo mas sencillo, aventé la sopa contra el muro y con los panes lo revolví todo, no supe que forma le di, ni yo lo entiendo pero algo salió, la carne estaba deliciosa, era jugosa y sabrosa.
Dos horas más tarde volvió, abrió la puerta despacito, despacito, como si estuviera rezando, me vio sentada en la cama leyendo, la verdad no le puse atención, hice como si no estuviera ahí, examinó las paredes y parece que respiro cuando vio que la pared estaba limpia, o sea, cambie de lienzo, cuando volteó hacia atrás, a la pared de la entrada me miró con ojos de furia y fuego, yo hice como si nada, es genial verla así, sino me hablas, dije en voz alta, cosas peores van a pasar…
Bueno el día no cerró bien, para cenar sólo me trajo pan y leche, si la tiro no como, además ¿qué diablos puedo pintar con esto? Tengo que idear algo nuevo.
Es demasiado temprano, aún no sale ni el sol, pero no puedo dormir, comienzo a sentirme mal, me estoy deprimiendo, éste es mi cuarto día sin saber nada, Boro no ha vuelto, es el único que habla conmigo, aunque sólo lo a hecho una vez, pero es bueno oír una voz de vez en cuando, es una noche estrellada, o madrugada, ya no sé, andan unas cuantas nubes, pero nada importante, están unos caballos atados afuera de la torre, todo está muy tranquilo.
Es obvio que Daniel me está buscando ¿cómo estará mi familia? Espero que todo esté mejor, ahora que no estoy allá, espero que Doorn… Doorn, por un momento olvidé que estoy aquí por él, no me había planteado el porqué me quería fuera de la aldea, ¿Cómo estará Shi-Som? me da miedo pensar porque me quería sacar de la aldea, “él nunca me haría daño, pero a mí”, eso es lo que más temo ¿él me sacó para atacar la aldea? No, no, no, por favor, no, me estoy volviendo loca, no tiene motivos para hacer algo así.
No puedo evitar el llanto, me da mucho miedo el simple hecho de pensar lo que pasa en la aldea, cuando llegué lo único que pude pensar fue en lo mucho que Doorn se esforzó por que estuviera cómoda, pero ¿y mi casa? ¿qué pasa con mi hogar, con mis amigos, mi familia, con Daniel? ¿qué está pasando allá?
Me quedé sentada en la ventana por horas, no me percaté cuando el sol ya estaba en lo alto, no fue sino hasta que “mi dama” entró a dejarme el desayuno que me di cuenta de la hora, ahora me trajo avena, dos huevos, leche y jugo de naranja, consiguió arrancarme una sonrisa cuando se fue, puso la charola en la mesa y volteó a verme, era una mirada entre te mato y de suplica, había olvidado mis obras de arte de ayer, la verdad hoy no estoy de humor para hacer otra broma, además que por graciosa no comí bien ayer, tengo hambre.
Boro vino, está abajo, miré cuando su caballo llegó, poco antes de que “mi dama” me trajera la comida llegó, espero que suba, quiero hablar con alguien, el silencio de las cuatro paredes es abrumador, siento asfixiarme, si no hago algo pronto… Toc, toc, toc.
-Voy a pasar -toc, toc, toc- ¿estás despierta?
Sí, justo en él estaba pensando.
-Adelante Boro.
Es raro ver a Boro así, viene sin su yelmo.
-¿Por qué te ríes? Me pregunta Boro con una mueca en el rostro, algo extrañado.
-No sabía que eras calvo.
-O bueno, hay cosas peores que ser calvo.
-Imagino que sí, pero no se me ocurre ninguna.
-¿Cómo has estado niña?
-Aburrida.