



Te Cuidaré por Siempre
Había pensado en hacer una soga con las sábanas de la cama pero son muy pocas, no creo que se llegue ni a diez metros y aún si llegara a diez metros no puedo saltar los otros cinco, es simplemente tonto, me mataría o mínimo me rompo una pierna.
Hace rato vino Boro, lo vi muy raro, me preguntó cómo estaba, le dije que bien, sonrió y se fue, no entendí, pero tengo el leve presentimiento que tiene algo que ver con los ejércitos, estuvo en la torre si acaso diez minutos antes de retirarse, quisiera que me dijera más, mínimo que me dijera cómo están mis papás, mis hermanas, la aldea, algo quisiera saber.
Después de la comida, cuando me trajeron las velas para la noche, al fin se me iluminó la mente, ya sé que debo hacer para poder escapar, si me equivoco me va doler, pero no veo otro camino, ya trencé todos los vestidos, sábanas, cortinas y todo lo que pude, aún faltan como tres metros para tocar el suelo pero es lo más que puedo hacer, arrojé el colchón de paja de mi cama al suelo, con las velas inicié un fuego en el cuarto, mojé un trapo y me lo puse en la boca, el humo es demasiado espeso, no puedo ver con claridad y menos respirar, me hice bolita en el suelo después me empapé con el agua que me quedaba del medio día, así que estoy escurriendo.
Parece que Corn ya se percató del humo, oigo ruido afuera y no es momento de que nadie venga a verme, bien es Louisa y Corn, están asustados, parece que Louisa ya se dio cuenta de la ventana, sí, si, si, si, si, están los dos viéndola, Corn salió despavorido, no puede ocultar el miedo, bien, como lo supuse, Louisa buscó agua pero ya no hay, así que ahora, bien, se fueron los dos, la puerta está abierta, es hora de irme, diablos, ya regresó, bueno, me preparo, espero que Louisa no sea rápida, si me ve tendré que correr, Louisa ¿qué?
No puedo creer, me está ¿me va a ayudar?
No puede ser, no lo entiendo, Louisa se acercó a mí, parecía que sabía donde estaba, mojó todo a mi alrededor y me hizo señas que me fuera, salí de la torre sin problemas, estoy en el bosque, no sé dónde estoy, pero no puedo estar lejos de Shi-Som.