



Te Cuidaré por Siempre
-Neyla, cariño, ya es hora de levantarse, ven a comer antes de que el desayuno se enfríe.
Mi madre, para ella todo tiene que ser tan puntual siempre, el sol aún no sale y ella ya nos llama a comer, bueno, tengo que pensar en algo más.
Me pregunto qué pensará mi padre de todo esto, mi familia no me ha dicho nada, creo que se los debió prohibir, cada vez que camino por la aldea termino más molesta, la gente me mira raro, todos me observan culpándome de lo que sucede, lo peor que ahora Daniel, mi nuevo novio, es el que defenderá la aldea de mi antiguo novio, pareciera que ésta pelea será por mí más que por los aldeanos, creo que es por eso que me culpan todos, me pregunto cuándo llegarán los amigos de Dani… ¿Qué diablos es eso? No puede ser, es por el hospital, ¡NO! El hospital, algo pasó ahí, por favor no más cosas, ya no puedo.
-Eres tú la que no lo sabe, me contaste que la última vez que lo viste no era el mismo, ya no puedes confiar en su palabra, ahora es otro hombre.
Tiene razón, aun me hiela la piel la mirada que tenia aquella tarde, parecía que quería matarme, sus palabras eran como puñales, poco a poco desgarró mi cuerpo, todo su amor se había convertido en desprecio, en odio, Daniel tiene razón, no puedo estar en un lugar así a solas.
-Perdóname Daniel. No puedo, necesito que me abrace así que me tiro entre sus brazos, siempre tan lindo, tan tierno, no sé que hubiera sido de mi vida si no hubiera llegado.
-Recuerda amor, "Te cuidaré por siempre".
Hay veces que siento que no lo merezco, que es demasiado para mí, Daniel es un sueño hecho realidad, me gusta mucho ver como otras chicas de la aldea nos ven, me tienen envidia del hombre que tengo a mi lado, siempre me han… siempre me han tenido envidia, primero fue…
Desde hace tres días que no duermo nada, siento que mi cabeza va a explotar, mi relación con Doorn ya había muerto mucho tiempo antes de que nos dejáramos, él era cada vez más extraño, más distante, exigente, ya no me trataba igual, además yo crecí, quería algo diferente, nunca pensé que tomaría así las cosas, tanto odio, tanto…
-¿Dónde está Daniel? ¿Alguien ha visto a Daniel? Por favor, alguien. Todos están demasiado ocupados como para ponerme atención, no creo que esto sea un accidente, esto lo tuvo que hacer, pero ¿por qué hace esto? ¿por qué se desquita con todos?
-Neyla ¿qué haces aquí? Ve a tu casa, no quiero que estés en lugares peligrosos.
Gracias a Dios, Daniel…
-Dime dónde es seguro y me voy.
-A veces no me gusta que seas tan lista, me complicas la tarea de cuidarte.
-No necesito que me cuides, ya te dije, si en verdad es él, nunca me hará daño, las personas de aquí, todas las personas de la aldea son las que necesitan ayuda, quiero ayudar.
Hay veces que Daniel me desespera un poco, entiendo que quiera cuidarme, en verdad lo hago, pero me trata como si fuera un bebé indefenso, me puedo cuidar por mí misma.
Tenemos casi todo el día limpiando el desastre del hospital, no sabemos aún porque se incendió, pero todos sospechan la respuesta, en verdad me niego a creerlo, pero todo, absolutamente todo apunta a ello, mi madre, antes de salir de la casa me dijo que no me preocupara, que todo iba a estar bien, había algo en su mirada que no me agrada, no puedo decir que es, pero no me gustó la forma en que me miraba.
Antes de dormir quiero hablar con Daniel, él no sólo es mi novio, sino también es mi mejor amigo, necesito desahogarme, desde que dijo quien era, casi no tiene tiempo para mí, me siento sola, no soy de muchos amigos, de hecho no tengo amigos ahora que lo pienso, bueno, tengo algunos cuanto conocidos pero nada más, buscaría a alguno pero algo me dice que no es buena idea, como odio la mirada de todos.
No tengo idea porque volví al hospital, supongo que sigo buscando algo que me diga quién fue, aunque no me gustaría encontrar otro corcel de hierro entre las ruinas.
-Hola ¿Cómo estás?
Me partí del miedo cuando escuché eso, por unos instantes pensé que era él.
-Hola, bien, supongo ¿Quién eres?
-Me da gusto, mi nombre es André, soy un vigía de los escorpiones, la logia del hermano Daniel, por tu rostro supongo que tu eres Neyla, el hermano Daniel nos contó mucho de ti.
-Es un placer André, si, soy Neyla, no sabía que Daniel hablara de mí cuando estaba fuera, se fue muy chico, casi no hablábamos en aquel entonces.
-Pues ya ves, pero dime ¿Qué haces aquí? No es seguro.
-Seguro, seguro, todo mundo me dice eso últimamente, andaba caminando, pero un segundo ¿ya llegaron?
-¿Quiénes? ¿Los escorpiones? No, yo siempre cabalgo delante de ellos buscando enemigos o algo que pudiera sorprendernos, ellos aún les hace falta unas dos semanas para llegar, no te enojes, recuerda que la situación no es muy buena por ahora, Daniel todo lo que busca es cuidarte, no seas mala con él, se preocupa por ti.
-Sé que lo hace, pero me cansa que me trate como si fuera un bebé, como si no pudiera cuidarme sola.
-Debes entender que te ama, se preocupa por ti, pero ya, no es hora de estar hablando de cosas así ni de que estés en la noche, hay toque de queda, debes irte a tu casa.