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Es Mía la Vaca

      El que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra, dijo el más grande de todos los hombres hace casi dos mil años, ¿Por qué un acto puro y sincero que fue traicionado por un barbaján habrá de manchar la perfección con la que fuiste revestida al nacer? Si tu vientre no hizo otra cosa más que el milagro de la vida, un milagro que los hombres nunca podremos entender y mucho menos realizar.

 

          Si con amor te entregaste y de esa sensación pura que recorría tu cuerpo nació una bella parte de ti y te llenó de felicidad, no podré entender jamás a los que te critican y señalan con el dedo sólo porque ahora amas a solas a ese bello regalo, gracias le doy a Dios que te armaste de valor y te alejaste de él antes de que te dañara aún más, a ti y a tu bendición, gracias le doy que no te sucedió nada grave y que estás bien, que hablen, pues nunca entenderán.

       Si es mía la vaca, son míos los becerros.

 

      Sueño con el día en que te pueda llamar como mía y tú hagas lo mismo, yo no habré concebido a ese ser de luz que te acompaña pero si habré de darle el amor que necesita de un padre, no juzgo tu pasado sólo cuido tu futuro y tu presente, si un día derramaste una lágrima de dolor yo te haré derramar dos de felicidad, si un día con miedo mirabas el mañana yo haré que con desesperación desees que llegue.

          Yo no seré el primero en tu vida, pero si seré el último, un padre no es aquel que engendra si no aquel que lo demuestra, un padre es amor, no un capitán, un padre es aquel que consigue el respeto de sus hijos no aquel que con temor se dirigen a él, padre es aquello que quiero ser para tu hijo y el esposo que mereces, pero sobre todo tu compañero en la vida y el ejemplo que necesite él para ser un buen hombre el día de mañana.

        Si es mía la vaca, son míos los becerros.

 

       ¿Qué clase de ser es aquel que puede rechazar a una mujer que por amor ahora es madre?  No puede existir un amor más grande que el de una madre por su hijo y por ese amor ahora eres madre, no por el amor de un hombre, permite a este pobre y simple mortal compartir la alegría que esboza tu alma por esa dicha que vives.

 

     Palabras difíciles de decir son estas, enmudezco al pensarlas, tiemblan mis manos y fallan mis sentidos, no es fácil buscar la manera para poder expresar lo que te quiero y estoy dispuesto hacer por ti, tu vida cambió y la primera en ella jamás podrás ser ni tu misma, sé que ya no eres dueña de tu ser, ahora le perteneces a ese pequeño y que él te necesita aún más que yo, por eso no busco convencerte de lo que esbozo, si no convencerlo a él, que soy, tal vez no lo mejor, pero que estoy dispuesto a luchar por ustedes, que por amor a su madre el siempre tendrá un padre, que se esforzará por ser todo lo que necesite y si no lo soy de sangre si lo seré por espíritu.

           Si es mía la vaca, son míos los becerros.

       Permíteme ser el hombre que te acompañe hasta el invierno de nuestras vidas, así podremos acompañar a “nuestro” hijo juntos, formar la familia que necesita, que necesitas, que necesitamos.

 

          El ejemplo de un gran padre tengo en mi hogar, el ejemplo de un hombre que bien si con virtudes y defectos me ha enseñado lo que un verdadero hombre debe ser, me ha enseñado que una dama no tiene pasado y un caballero no tiene memoria, el aquí y ahora es lo que importa, que te quiero, sólo eso, y este amor es tuyo; y al ser ese becerrito parte de ti, por ende lo quiero, te quiero a ti y a él, espero mis palabras se entiendan y aún más, espero poder demostrarlo.  

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